Lo cierto es que todavía tengo amigos sin localizar en Chile. Confío que estén bien y que se trate de un problema de comunicaciones e internet.
Mientras la tragedia nos enseña la peor cara de Chile, un país cuya economía crece a un ritmo envidiable pero que a la vez es el 2º país de Latinoamérica con el peor reparto de su riqueza. Y pone a prueba a sus líderes, los actuales y los que están por llegar.
Pero no es este un momento para la literatura sino para la solidaridad. Mando, pues, un abrazo a todo el pueblo chileno, en nombre propio y de FISEC (Foro Iberoamericano Sobre Estrategias de Comunicación) que cuenta con una veintena de miembros en Chile.
Invito a todos los que lo deseen y así lo sientan, a unirse a este largo abrazo emocionado.