Pienso que si bien esa puede ser una ruta estratégica. No debe ser la única. Pienso que puede ser más útil identificar el modelo subyacente que alguien desde un espacio yihadista ha diseñado en algún lugar remoto para generar terror en Occidente. Y lo que creo ver es un modelo diferente que hace uso inteligente de la aleatoriedad caotica y de la teoría de redes orientado a convertir en impredecibles e inconexas las actuaciones terroristas y así generar el caos. No importa si sus lobos solitarios son muy profesionales o no, si sobreviven o se sacrifican en sus ataques, si hacen mucho o poco daño real, no creo que eso les importe mucho. Saben muy bien que la sorpresa duele, que el miedo es exponencial Y lo que esa Estrategia persigue no es tanto matarnos como hacernos vivir en un continuo sobresalto.
Si estas especulaciones fuesen ciertas estaríamos hablando de un enemigo culto y listo. Tendríamos ante nosotros una barbarie inteligente. Un enemigo que usa la física del siglo XXI Y eso significa un peligro aún mayor de lo que estábamos acostumbrados. Sobre todo cuando muchos estrategas formados en el management estratégico que hoy se enseña en Occidente se han quedado anclados en la física del XVII. Ante esta situación mi recomendación sería l DE SIEMPRE: Entrra en la mente de nuestros enemigos. Y eso significa aplicar la misma lógica que manejan esas mentes terroristas: la teoría el caos. Y tratar de identificar cuáles son los atractores de esos movimientos yihadistas (sus semilleros). De momento las duras experiencias de Paris y Copenhague indican que las cárceles son uno de esos atractores recurrentes. Pero lo más probable es que haya otros. Su identificación y seguimiento ayudaría a prevenir dichos atentados.